Acabamos de cumplir siete décadas de experiencia y podrás imaginar que en esta cantidad de años no solo hemos preparado exquisitos completos, sino también la hemos pasado muy bien.
En esta oportunidad quisimos recordar esas historias que existen detrás de cada local y quién mejor para contarnos que Raúl Tapia, un Maestro de tomo y lomo que lleva 15 años entregando el mejor servicio y, por supuesto, las mejores anécdotas.
“Yo incentivo a los chicos, les doy ánimo, les digo que el espíritu de Dominó no se puede perder”, nos cuenta Raúl mientras justifica las divertidas historias de las que ha sido testigo y protagonista. ¿Quieres conocerlas?
La gran visita de Farkas
En 2015 recibimos la inesperada visita de Leonardo Farkas. El icónico millonario de melena dorada llegó a uno de nuestros locales de Santiago Centro para regalar nada más y nada menos que ¡2.500 completos a las personas que iban pasando por afuera de nuestro local en Ahumada!
¿Adivinen qué Maestro estuvo en ese histórico momento? Por supuesto, nuestro gran Raúl Tapia. “Farkas regaló más de 2000 completos y nos dejó harta propina por el esfuerzo que hicimos preparando tantos completos y atendiendo a toda la gente que se abalanzó para conocer a Farkas”, recuerda con emoción Raúl.
Incluso, luego de toda la euforia que causó la llegada de Farkas, fue necesario cerrar el local entero para que al fin pudiera disfrutar el millonario de su rico completo.
Raúl asegura que “no hay famoso que no conozca el Dominó, hay historias, hay chascarros, nos ha visitado todo el mundo, ¡son 70 años al fin y al cabo!”, exclama con orgullo.
La prótesis dental olvidada
Hace varios años, en el local de Isidora Goyenechea, Raúl se encontraba trabajando como garzón cuando de sorpresa un compañero le dice:
– Raúl, tú que tienes más personalidad, ¿por qué no le devuelves esto al señor que se le quedó?
– ¿Por qué no vas tú?, fue lo primero que dijo Raúl.
– Es que es una placa dental
“¡Uno imagina que a un cliente se le pueden quedar los lentes, una bufanda, pero no olvidar la placa dental!”
¿Y qué hicieron?
“Yo salí corriendo, porque el caballero ya iba en la calle y lo único que atinamos fue a ponerla en servilletas para no ir con la placa en la misma mano”
“Era mucha la imprudencia, porque nosotros lo que más cuidamos es el prestigio de nuestros clientes, entonces ahí yo que soy medio sin filtro le dije: Señor, se le quedó su placa”
– No te pongas nervioso, ¿por qué estás tan tiritón?, le dijo el caballero entre risas.
La realidad es que Raúl ya no estaba nervioso por el incómodo momento, sino confundido: ¡el señor tenía todos sus dientes! En ese momento entendió que este #DomiLover ocupaba dos placas y que la olvidada era exclusivamente para comer.
“¡Ah! Entonces lo que usted se quiere ahorrar es el cepillado de dientes”, le dijo Raúl para romper el hielo, “arriesgue demanda, pero salí del paso”, recuerda entre risas.
La misteriosa mochila en Mall Plaza Norte
Son muchos los clientes dispersos que olvidan sus cosas al comer un rico Italiano. Sin embargo, hace unos años en el Mall Plaza Norte vino un joven, comió rápido y se fue, dejando su mochila.
¡La mochila estuvo olvidada por horas! “Empezó la broma interna de que podía ser una bomba y empezamos a perseguirnos con eso, nadie quería ver la mochila”, dice Raúl.
¿Y qué tenía la mochila?
“Bueno, vuelve el muchacho al local después de horas, pálido, pero pálido” y cuando el Maestro le hace entrega de su mochila… “¡Tenía su tesis de universidad!, nos dejó como cinco o diez lucas de propina, porque al otro día tenía que más encima presentarla”, recuerda Raúl con ímpetu de héroe.
Al igual que esta mochila fue milagrosa para el muchacho o la placa dental un hallazgo increíble o el encuentro con Farkas un momento inolvidable, existen muchas otras historias guardadas en estas siete largas décadas.
Como dice Raúl: “¡No se puede perder el espíritu Dominó!”